Akdeniz: Dünya devriminin yeni havzası!

The Mediterranean: new basin of world revolution!

البحر الأبيض: الحوض الجديد للثورة العالمية

مدیترانه: حوزه جدید انقلاب جهانی

Il Mediterraneo: nuovo bacino della rivoluzione mondiale!

Μεσόγειος: Νέα λεκάνη της παγκόσμιας επανάστασης!

Derya Sıpî: Deşta nû a şoreşa cihânê

Միջերկրական ծով: նոր ավազանում համաշխարհային հեղափոխության.

El Mediterráneo: Nueva cuenca de la revolución mundial!

La Méditerranée: nouveau bassin la révolution mondiale!

Mediterrâneo: bacia nova da revolução mundial!

EN EL ANIVERSARIO DEL 24 DE JUNIO, ERDOGAN SUFRE UNA DERROTA. ¡EL AKP Y EL MHP PIERDEN! ¡SIN EMBARGO, LA VICTORIA REQUIERE UNA RUPTURA COMPLETA CON EL ESTABLISHMENT Y LA OPOSICIÓN ALINEADA CON LOS ESTADOS UNIDOS!

Solo ha transcurrido un año en la presidencia de Erdoğan, elegido el 24 de junio de 2018, pero el pueblo de Estambul ya les ha dado la espalda a él y a sus aliados. La gente castigó al AKP y sus aliados por la decisión ilegítima del Consejo Supremo Electoral de revocar y repetir las elecciones locales en Estambul. En esta elección que se repite bajo las condiciones prevalecientes de una de las crisis económicas más duras en Turquía, junto con las graves crisis políticas, el partido gobernante que codiciaba el pan y los votos de la gente perdió. A pesar de los gritos de “fraude electoral” por parte de la coalición AKP-MHP, el margen de votación aumentó aún más y el candidato del CHP-IYI, Ekrem Imamoglu, ahora es declarado alcalde de Estambul. ¡El margen inicial de 20 mil aumentó 40 veces hasta 800 mil votos!

El gobierno no recibió el voto de confianza del pueblo para apoyar su programa de despotismo que oprime a los trabajadores y enriquece a los jefes, y de servir a los capitalistas y al imperialismo hasta 2023. Al igual que su última histeria al declarar esta elección local como “una cuestión de supervivencia” para el país, sus intentos deshonestos de señalar una reanudación de las conversaciones de paz con los kurdos en el último momento no dieron resultado. El despotismo ha sido desenmascarado.

Los votos para Imamoglu representan una voluntad de deshacerse de Erdoğan y su gobierno, que ha llevado a Turquía a un desastre político y económico. Sin embargo, Imamoğlu, en su primer discurso después de la elección, en lugar de pretender erigirse como el defensor de la libertad contra el despotismo que el pueblo espera, declaró su intención de trabajar en armonía con el gobierno. Pidió públicamente una cita con el presidente de la república, tratando de poner fin a su campaña por la alcaldía tal como comenzó: en el palacio presidencial. Que el CHP haya ganado la (re)votación después de rechazar los llamados a un boicot no cambia el hecho de que han dado la espalda abiertamente a las luchas del pueblo. Aquellos que no aceptaron un boicot popular cuando el Consejo Supremo Electoral canceló las elecciones hoy suben las escaleras del palacio presidencial.

Ekrem Imamoğlu, en sus propias palabras, presentará su hoja de ruta al palacio. Del mismo modo, el líder opositor Kılıçdaroğlu repite su promesa de apoyar al gobierno ante los problemas críticos que enfrenta Turquía, primero y principalmente en la esfera económica. La oposición alineada con los EE. UU., el CHP-IYI y sus subordinados, sin duda utilizarán esta elección para impulsar las políticas de libre mercado intentando apaciguar al capital extranjero, la independencia del banco central (y, por lo tanto, su dependencia del capital financiero nacional e internacional), “reformas estructurales” exigidas por los grandes empresarios (es decir, TÜSİAD, la Asociación de Industrias y Negocios de Turquía), y la firme reubicación de la política turca bajo el eje EE. UU.-UE-OTAN.

La luna de miel de la temporada electoral se terminó. El tiempo de las promesas vacías llegó a su fin. A partir de hoy, los partidos constituyentes se unirán como parte de una “Alianza por Turquía”, en términos de Erdoğan, para hacer que las clases trabajadoras paguen la crisis y sirvan al imperialismo, acompañado de su retórica de “normalización”. Agregarán una pizca de los colores del CHP-IYI para ocultar el despotismo que se desmorona.

Esta no es la primera derrota electoral de Erdogan. En las elecciones del 7 de junio de 2015, el AKP perdió su mayoría y su capacidad para formar un gobierno por sí mismo. Fue el líder del partido nacionalista MHP, anteriormente en oposición, el que lo salvó en ese momento. El CHP permitió la puesta en escena, el HDP se llamó a silencio. Turquía sufrió un proceso de sirianización. Después de todo esto, con otra reelección el 1 de noviembre de 2015, el AKP logró ganar la mayoría parlamentaria. En aquel entonces, el DIP (el Partido de los Trabajadores Revolucionarios) explicaba cómo el AKP podría haber sido acorralado en aquellos meses que separaban la elección inicial de la reelección. Ahora repetimos: ¡No olviden del 7 de junio de 2015!

Hoy en día todo un coro regurgita: “el tono debe cambiar”. No, cambiar el tono no es suficiente, es el gobierno el que se tiene que ir. Debemos hacer que los que tienen el poder rindan cuenta de los años de gasto lujoso y corrupción, debemos dejar al descubierto todos los tratos corruptos hechos en los consejos municipales con la aprobación de los otros partidos del establishment, y debemos hacerlos responsables. Abstenerse de estos medios representa la aprobación de cuatro años más de pillaje al bolsillo del pueblo por este gobierno.

Para las clases trabajadoras que conforman la gran mayoría de Turquía, la “Alianza por Turquía” no es una alternativa real. Las demandas de pan y libertad del pueblo requieren algo muy diferente. Romper las cadenas del capital, el imperialismo y el despotismo es el programa de los trabajadores. Debemos poner fin al establishment despótico corrupto y podrido antes de que nos arrastre a todos a un desastre. La única manera de avanzar es construir un frente único de la clase obrera, una lucha de clases en constante crecimiento a través de huelgas, resistencias y ocupaciones, y una Asamblea Constituyente soberana con mandatos extraordinarios, sin prohibiciones ni pisos electorales.

¡El DIP repite su llamamiento a las fuerzas de la clase trabajadora para que se liberen de los partidos del establishment, para elevar la lucha por el pan y la libertad bajo la bandera del trabajo!