¡Nosotros, los partidos revolucionarios y organizaciones basadas en el programa de la Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional (CRCI), en este 8 de Marzo de 2019, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, saludamos a todas las miles de oprimidas, explotadas, resistentes y rebeldes mujeres que por todo el mundo luchan contra la dominación patriarcal y el barbarismo generado por el capitalismo global!¡Sin la emancipación de las mujeres no hay emancipación humana internacional ni Socialismo mundial!
La punzante e irresuelta crisis mundial del sistema capitalista, en curso ahora desde hace más de una década, ha producido ya desastres sociales sin precedentes y sufrimientos que afectaron particularmente a las mujeres. Pero también produjo el surgimiento y la internacionalización de un tremendo y masivo movimiento emancipatorio de mujeres luchando a la vanguardia de la rebelión de todos los oprimidos alrededor del planeta; desde Norte- y Latinoamérica hasta Europa, el mundo Árabe-Musulmán, Asia y África.
Todos los reclamos de las mujeres colisionan con las principales tendencias del imperialismo y el capitalismo en crisis: la guerra, la devastación social de las condiciones de vida, la represión. Así, devienen entrelazadas con los reclamos político-sociales de las vastas masas populares por pan y libertad, por el derecho de tener una vida realmente humana en dignidad, contra las políticas bárbaras de las clases dominantes, de sus políticos y gobiernos capitalistas.
En los EEUU bajo Trump, el movimiento de mujeres se desarrolló primero no solo contra la misoginia del ultra reaccionario Presidente, sino también contra sus políticas de Guerra, incluyendo su plan para un infame “Muro” a ser construido en la frontera Mexicana. Las primeras víctimas de este plan racista son mujeres, separando a madres de sus hijos y destruyendo todos los lazos humanos. El Muro de Trump es un acto de Guerra contra los migrantes latinoamericanos, las víctimas del capitalismo imperialista, pero al mismo tiempo, es un acto de Guerra contra las libertades del propio pueblo estadounidense como es demostrado por el “Estado de Emergencia” declarado por el presidente de los EEUU.
En Brasil, ha sido el movimiento de masas Ele Nao quien valientemente se movilizó contra el fascista Bolsonaro. En Argentina, las enormes y combativas movilizaciones por el derecho al aborto intercedieron y profundizaron la crisis de régimen bajo Macri. Luchas similares por la legalización del aborto emergieron no solo en otros países latinoamericanos, sino también en Europa, llevando a la Victoria el Referéndum de Irlanda y a movilizaciones en Polonia contra el clerical gobierno derechista. Grandes protestas y manifestaciones contra el sistema de castas y la discriminación aumentaron en el otro rincón del mundo, en la India.
No es a pesar, sino, al contrario, es debido a la especificidad de los reclamos de las mujeres que éstos adquieren peso específico estratégico en la lucha por la emancipación social universal. Las mujeres son blanco de la brutalidad de las condiciones sociales existentes que domina en todas las esferas: las relaciones de género, familia, educación, laborales, y todas las manifestaciones de la actividad vital.
Mientras el capitalismo patriarcal decadente se hunde en una crisis global, la brutalidad contra las mujeres toma formas cada vez más sofisticadas y monstruosas: la escalada de la violencia contra mujeres y femicidios, la esclavitud doméstica, la opresión familiar, el abuso sexual dentro y fuera de la familia, los ataques bárbaros contra las mujeres migrantes, refugiados y refugiadas de guerra y hambruna, trata, desigualdad creciente en las relaciones laborales, crecimiento del trabajo precario femenino, sobreexplotación y acoso sexual en el lugar de trabajo, intrusión y control en la educación, de la vida legal, social y personal por las Iglesias o por la institución religiosa musulmana u otras, oscurantismo en la educación (incluyendo la clausura de los departamentos de estudios de género y de mujer como lo hizo Orban y plantea Bolsonaro), etc.
La emancipación de las mujeres necesita una revolución mundial. En la rebelión popular de los “Chalecos Amarillos” en Francia, donde hay una vasta participación de mujeres, una mujer activista dijo, citando a Mirabeau: “Cuando las mujeres están a la vanguardia de la lucha, la revolución no está muy lejos”
La emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos. Pero los trabajadores no pueden emanciparse sin actuar como una clase universal, esto es luchando no sólo por las reivindicaciones inmediatas de los trabajadores sino también por la liberación de las mujeres y de todos los oprimidos de toda forma de dominación y explotación, “para derribar todas las condiciones en las que el ser humano es un ser degradado, esclavizado, desamparado y despreciable”.
Sólo los trabajadores que luchan codo a codo con las mujeres por la causa de las mujeres pueden alegar tener conciencia de clase. El movimiento de mujeres con sus propias reivindicaciones tiene que unirse en lucha al movimiento de trabajadores bajo la bandera de una Internacional revolucionaria por una revolución proletaria para transformar el mundo y cambiar la vida humana.
¡Por la unidad de acción internacional de los movimientos de mujeres!
¡Basta de femicidios! ¡Castigo para todo acto de violencia contra las mujeres! ¡Auto- defensa organizada de las mujeres!
¡Por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito!
¡Separación de la Iglesia y todas las instituciones religiosas del Estado y confiscación de sus fortunas bajo control de los trabajadores para su uso en necesidades sociales! ¡Educación laica, libre y socialista!
¡Por el retiro de las instituciones religiosas Musulmanas de la vida política, del sistema legal en general, de la educación y de la intromisión en las vidas de las mujeres!¡ Sobre la base de un secularismo proletario explicamos a los trabajadores que las divisiones religiosas y sectarias enfrentan a los trabajadores entre sí y sirven a los propósitos de nuestro enemigo de clase común, los capitalistas!
¡Socialización del trabajo doméstico! ¡Igualdad completa de género en las relaciones laborales! ¡No a la discriminación por género, raza, etnia, religión, orientación sexual!
¡Por la construcción de la Internacional revolucionaria para la emancipación de las mujeres y toda la humanidad! ¡Por el Socialismo mundial!
P.O. Argentina
P.T. Uruguay
E.E.K. Grecia
D.I.P. Turquía
M.T.L. Finlandia
R.O.R. Francia