Akdeniz: Dünya devriminin yeni havzası!

The Mediterranean: new basin of world revolution!

البحر الأبيض: الحوض الجديد للثورة العالمية

مدیترانه: حوزه جدید انقلاب جهانی

Il Mediterraneo: nuovo bacino della rivoluzione mondiale!

Μεσόγειος: Νέα λεκάνη της παγκόσμιας επανάστασης!

Derya Sıpî: Deşta nû a şoreşa cihânê

Միջերկրական ծով: նոր ավազանում համաշխարհային հեղափոխության.

El Mediterráneo: Nueva cuenca de la revolución mundial!

La Méditerranée: nouveau bassin la révolution mondiale!

Mediterrâneo: bacia nova da revolução mundial!

Brasil: La Rebelión Popular Quema Etapas

 

Las movilizaciones en Brasil comenzaron el 6 de junio, con dos mil manifestantes en el centro de San Pablo contra el tarifazo del transporte en esa ciudad. La represión de esa acción (asi como la de los dos dias siguientes) ordenada por el gobierno estadual (de derecha) y apoyada por el gobierno municipal (PT) fue violentísima, con decenas de heridos y detenidos. Dos semanas después, los manifestantes, en casi todas las capitales y ciudades importantes del país, han superado los dos millones, con un millón em Rio de Janeiro el jueves 20. El tarifazo, reafirmado vehementemente por el gobierno municipal petista y el estadual derechista en los primeiros dias, fue retirado, y hoy es casi una anécdota. Varias otras capitales estaduales y ciudades que habían anunciado aumentos del transporte los retiraron sin que mediara el planteo explícito de uma reivindicación en ese sentido. El anuncio del gobierno paulista retirando el tarifazo, el jueves 20, buscaba vaciar las calles. Fue festejado de imediato en las calles, claro, como una gran victoria. El propio MPL (Movimiento Pasaje Libre), convocante inicial, retiró los llamados a la movilización. Como si nada: el viernes 21, más de dos millones estaban en las calles brasileñas. Varias capitales fueron literalmente paralizadas en la circulación de vehículos. El pueblo y los trabajadores brasileños han iniciado uma movilización histórica.

La movilización contra el tarifazo se transformó en una movilización contra todo el regimen político. La juventud fue a las calles con reivindicaciones sobre transporte, salud, educación, contra la represión, contra el gobierno y también la oposición burguesa, todos calificados de corruptos.  La presidente (Dilma Rousseff) fue silbada de modo estridente en la inauguración de la Copa de las Confederaciones, y después cerró el pico por dos semanas. Las dos cámaras y el Poder Judicial también. Todo el regimen político quedó literalmente en estado catatónico. La cana (militar, federal, estadual, civil, etc., todo el impresionante aparato represivo montado bajo la dictadura, preservado y fortalecido por los “democratas”) recibió la orientación de observar y sólo intervenir en caso de depredaciones (después de realizadas). Recién el viernes 21 Dilma conseguió abrir la boca, anunciando que los royalties del petróleo pre-sal (petróleo submarino que el gobierno del PT privatizó) serán consagrados a la educación (no dijo como, desde luego), conciliando con los manifestantes, y convocando a una reunión  de gobernadores y algunos intendentes, la mayoria representantes de la derecha más podrida, represiva y corrupta, para organizar la respuesta del regimen em su conjunto. Un tiro que puede salir por la culata.

La idea de la reunión fue adelantada por los otros mudos, ciegos y sordos del despertar brasileño: las principales centrales sindicales (CUT-PT, Fuerza Sindical, CGT), la federación estudiantil oficialista (UNE), acompañadas del coro habitual de ONGs y entidades “progres” de todos los colores, que emitieron, después de dos semanas de manifestaciones y combates callejeros, una declaración. Después de la habitual cháchara progre, plantearon: “O momento é propício para que o governo faça avançar as pautas democráticas e populares, e estimule a participação e a politização da sociedade. Nos comprometemos em promover todo tipo de debates em torno desses temas e nos colocamos à disposição para debater também com o poder público. Propomos a realização com urgência de uma reunião nacional, que envolva os governos estaduais, os prefeitos das principais capitais, e os representantes de todos os movimentos sociais. De nossa parte estamos abertos ao diálogo, e achamos que essa reunião é a única forma de encontrar saídas para enfrentar a grave crise urbana que atinge nossas grandes cidades”. ¿Crisis urbana? El MST (sin tierra) también firmó. Proponiendo uma reunión de toda la reacción política brasileña para contener la rebelión popular.

En medio de las movilizaciones aparecieron, como era para esperar, grupos de criminales saqueadores (infiltrados por provocadores policiales, los P2), grupetes fascistas golpistas, y grupos identificados como “sin partido”, algunos de los cuales, aliados a skinheads neonazis, hostilizaron a partidos de izquierda, llegando a quemar o destruir banderas de esos partidos (PSTU, PSOL, PCB). Una reunión de la izquierda  ha sido realizada este fin de semana (22-23) para discutir como combatir a esos grupos. Jóvenes de las periferias más pobres, negros o mulatos en su mayoria, ya se están organizando en reuniones barriales para romper la cabeza de los grupejos skinheads racistas. Los “sin partido”, que cantan el himno y llevan banderas brasileñas, son outra cosa. Expresan tanto un bajo grado de politización (otro produto de la “década petista”) como la reivindicación de la nación frente a un regimen de entrega nacional y degragadación social.

La rebelión brasileña no es todavia una movilización de clase, pero esto no debe ni puede ser imputado a la clase obrera, sino al carneraje asqueroso de sus principales organizaciones (la CUT em primer lugar). La Conlutas, pequeña central sindical clasista (dirigida por el PSTU) ha llamado a movilizaciones a partir del próximo jueves (27), llamado tardío pero existente. Algunos de sus sindicatos (Andes, por ejemplo) llamaron desde el inicio a movilizarse junto a los jóvenes del MPL. El planteo de uma plenaria nacional de trabajadores y jóvenes luchadores para organizar la lucha comienza a abrirse paso. Un probable repliegue en las movilizaciones las próximas semanas puede inclusive facilitar su divulgación.

La izquierda pro-regimen, todavia mayoritaria (dentro de la izquierda), aprovechó para denunciar una maquinación golpista, de la que los manifestantes serían “idiotas útiles”. El propio MPL cedió a esas presiones (sin adoptar, claro, su discurso repodrido), retiranado los llamados a ganar las calles (sin éxito, como vimos). No fue el único caso: varias movilizaciones fueron realizadas (en Brasilia, por ejemplo) después que sus convocantes las suspendieron. Los “progres” brasileños se encuentran ahora en la excelente compañía del premier turco Tayyip Erdogan, que ha declarado la existencia de una conspiración internacional para desestabilizar su gobierno y el de Dilma Rousseff, conspiración de la que serian producto las movilizaciones brasileñas y turcas. El vínculo (objetivo) existe, pero no tiene que ver con una conspiración imperialista, sino con el carácter reaccionario y proimperialista de ambos regímenes. En Berlin y ciudades alemanas, las movilizaciones de estudiantes y residentes brasileños en solidaridad con los manifestantes contaron con el apoyo (camiones, micrófonos y equipos de sonido) de las organizaciones de trabajadores turcos en ese país, sometidos a discriminación racista. Erdogan trabaja por el internacionalismo proletario.

Las movilizaciones internacionales en solidaridad con Brasil son impresionantes, por el número de ciudades en que se realizan, y por la solidaridad de la población local. Em Brasil no se está enfrentando a una dictadura, ni a un gobierno derechista, sino al gobierno símbolo mundial de la izquierda “progresista” y de los programas sociales compensatórios, puesto también como ejemplo por los portavoces del capitalismo mundial frente a la crisis mundial. El efecto de clarificación política en la izquierda no tiene sólo alcance brasileño o latinoamericano, sino también internacional.

En Brasil, es la propia burguesia que ha comenzado a discutir la urgencia de una reforma política, y hasta la posibilidad de uma asamblea constituyente exclusiva (la de 1988 consistió en atribuir poderes constituyentes a um Congreso Nacional emergido del período de la ditadura militar) reconociendo que no estamos frente a uma revuelta pasajera, sino frente a uma crisis institucional o de regimen politico. Uma crisis que una intervención, hasta sectorial, de la clase obrera, puede transformar en crisis revolucionaria. Una izquierda revolucionaria sólo se puede forjar dando respuesta de conjunto a todos los problemas políticos planteados (la izquierda clasista “realmente existente” en Brasil se limita, por ahora, a defender la participación explícita de la izquierda en las movilizaciones, sin ningún planteo de conjunto). Este debate es explícita y directamente internacional, no sólo por su contenido sino también por su forma. Y tiene ahora un margen inédito de desarrollo, porque las masas brasileñas seguirán, en las calles y en los locales de trabajo y estúdio, reventando a la reacción.